Ada Lovelace, la primera programadora de la historia

 

Ada Lovelace nació en el Londres de 1815. Hija del poeta Lord Byron podría haber sido llamada a presencia de las musas, pero su madre, Annabella, indignada con las infidelidades del padre de la criatura, no sólo huyo con ella al poco de nacer, sino que se encargó activamente de que la vida de su hija circulara por otros derroteros. El plan de estudios de la pequeña Ada incorporó desde el principio historia y música – imprescindibles en una joven de buena sociedad – pero también, en una deriva transgresora,  añadió ciencia y matemáticas.

Quizá la creatividad, heredada genéticamente de su padre, la capacidad que tiene el poeta de ver lo que otros no ven, posibilitó que adivinara el impacto de una tecnología que aún no se había construido. Muy pronto dejó atrás a sus instructores en conocimientos matemáticos y trabó una duradera amistad con Mary Sommerville, uan prestigiosa científica de la época. Ella y Charles Babage, un rico inventor cuyas cenas frecuentaban personajes de la talla de Darwin, Dickens o Faraday, fueron las personas que más influyeron en la joven Ada. De hecho, fue en una de esas cenas cuando Babage mostró su más reciente invento: la máquina de las diferencias, un curioso artilugo que fascinó de inmediato a Ada.

La máquina de las diferencias fue el preludio de la Máquina Analítica que prometía hacer cualquier cálculo matemático. Ada Lovelace sería la encargada de traducir al inglés el único documento existente sobre su manejo,exponiendo el algoritmo que permitía computar una secuencia de números complejos. Así se sentaron las bases de la programación.

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Ada Lovelace era una persona curiosa. Siempre tuvo una salud delicada, plagada de sangrías y de opiáceos que, en principio, iban destinados a calmar una presunta enfermedad nerviosa que le habría causado una paralísis en la niñez. Sus contemporáneos advertían que era “demasiado matemática”, y les preocupaba seriamente que su constitución femenina fuese incapaz de soportar  una «fatiga de pensamiento» tal, que, como aseveraba su profesor, Augustus De Morgan, «necesitaría de toda la fuerza de la constitución de un hombre».

Pero no fue el esfuerzo ni a tensión mental lo que acabó con su vida y con su prometedora carrera a los 36 años, sino un cáncer de útero que fue incapaz de superar. Como la historia tiene estos guiños, murió exactamente a la misma edad que lo había hecho su padre. Quizá, cuando vio cerca su final fue cuando pidió ser enterrada junto al padre que no llegó a conocer.

 Reconocimiento tardío

 En sus «Notas», Ada describió ya con detalle las operaciones mediante las cuales las tarjetas perforadas «tejerían» una secuencia de números en la máquina analítica. Este código está considerado como el primer algoritmo específicamente diseñado para ser ejecutado por un ordenador, aunque nunca fue probado ya que la máquina nunca llegó a construirse.  Ada ha pasado a la historia, pues, como la primera persona en describir un un lenguaje de progtramación.

Las Notas de Ada se publicaron en la revista Scientific Memoirs en septiembre de 1843, con el título de «Sketch of the analytical engine invented by Charles Babbage». Firmó con sus iniciales A. A. L., pero cuando se supo a quien correspondían, la comunidad científica no la tomaron en serio.

No sería hasta 1953, aproximadamente cien años después de su muerte, cuando las notas de Ada sobre la máquina analítica de Babbage fueron publicadas bajo su nombre real. En la actualidad, la máquina se reconoce  como un modelo temprano de ordenador y las notas de Ada, como una descripción de su software.

El lenguaje de programación Ada creado por el Departamento de Defensa de EE.UU.  recibe este nombre como homenaje a Ada Lovelace y «El día de Ada Lovelace» se ha convertido en evento anual, que se celebra a mediados de octubre y que tiene como objetivo «elevar el perfil de las mujeres en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas».

 

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