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Seguramente, lo primero que ha pasado por tu cabeza, sea La Piedad de Miguel Ángel. Y no es del todo una interpretación errónea. Efectivamente es una Piedad, pero no es la de Miguel Ángel. Esta Pietá es la de Käthe Kollwitz, una mujer pintora, escultora, escritora, pacifista y artista gráfica.

Käthe comienza a estudiar Arte a los 14 años y desde entonces, indaga en todas sus disciplinas: literatura, pintura, escultura… Busca la inspiración en la vida misma y de ahí su estilo nostálgico, melancólico y algo tenebroso. Características de un estilo que concuerdan con la época que le tocó vivir.

La primera Guerra Mundial se llevó a su hijo Peter, lo que le llevó a una gran depresión. Es quizá en eso en lo que se inspira para crear esta escultura. Una madre que sostiene entre sus brazos a su hijo muerto. Una pietá que se aleja de la religión y de lo divino para acercarse a lo terrenal y a la realidad más cruda de la vida humana.

Todas sus obras suponen una crítica constante a las condiciones sociales de la Alemania de los años 20 y contienen un gran significado social. Sea a través de una escultura o a través de un grabado, Kollwitz es capaz de  transmitir sentimientos a lo más profundo del corazón del espectador. Las imágenes de guerras, muertes, injusticias o enfermedades eran algunas de las más comunes en sus creaciones.

Una de las razones por las que comenzó con la escultura fue por su encuentro con Rodin. Quedó conmovida por la obra del artista y quiso experimentar, con sus propias manos, esa faceta del arte. De ahí que muchas de sus obras tengan influencia de éste y que las formas se asemejen a las rodinianas.

Al igual que Rodin fue su influencia en la escultura, expresionistas como Munch, Grosz o Schiele lo fueron en la pintura. Ellos condicionaron su pincelada y su trazado. De hecho, si observamos detenidamente sus dibujos, veremos que tienen mucho de El grito de Munch.

El arte de Käthe Kollwitz y de otros artistas como Grosz fue llamado arte degenerado, por lo que los artistas así tratados huyeron a otros países para poder desarrollar su arte con normalidad. Sin embargo, Käthe se negó a huir y decidió permanecer en su tierra natal.

Allí, en Berlín, se convirtió en la primera mujer elegida para la Academia Prusiana, pero su arte y sus creencias hicieron que poco después, en 1933, la expulsasen.

Por estos logros, por su valentía demostrada y, sin duda, por su gran talento, Käthe Kollwitz cuenta con un museo en Berlín en el que está expuesta toda su colección, el museo Käthe Kollwitz.

Nadie mejor que ella, para que nos cuente su historia (en inglés):

¿La conocíais? ¿Nos decís alguna otra artista berlinesa sobre la que deberíamos hablar? ¿Sugerencias?