En el sigo XIX y XX, Nueva York fue la puerta de entrada de más de 12 millones de inmigrantes que huían de Europa y de la hambruna para empezar desde cero una nueva vida en el nuevo mundo (esta vez el mundo de las oportunidades). Italianos, irlandeses, rusos, polacos…….. dejaron sus países para darse una nueva oportunidad en un lugar en el que se llegaba en barco tras largos días de penurias y en el que se podía uno quedar atascado por problemas de salud o dinero.

Dicen que más de 10 millones de estadounidenses son descendientes de aquellos inmigrantes que llegaron con una bolsa en la mano a esta isla y lo cierto es que cuando llegaban (a veces como ganado, imaginaos 11.000 personas desembarcando de varios barcos ), se veían obligados a dejar sus maletas en un rincón mientras los despiojaban del viaje. Como llegaba esta gente? agotada de tantas horas de viaje, famélica, y muerta de miedo.

Tanto es así, que no se atrevían a discutirle a los policías de la isla cuando les robaban sus pertenencias por miedo a que no los aceptasen, por no saber comunicarse con los guardias (muchos de ellos no hablaban ingles= , o por falta de fuerzas.

Al igual que a los pasajeros de primera les daban el permiso en el mismo barco sin tener que pasar por Ellis Island, a los demás los tenían varios días allí hasta aceptarlos o rechazarlos. De que dependía? De que tuviesen dinero para poder sobrevivir en el país y pagarse los billetes de tren que necesitaban para llegar a otro punto del país y de que pasasen las pruebas medicas. Muchos de ellos, se quedaban en el intento ya que los propios funcionarios vigilaban hasta el ultimo defecto.Por ejemplo, los hacían subir por una escalera hasta la zona de pruebas medicas, para así saber si tenían insuficiencia cardiaca o no, les analizaban la vista y otras muchas cosas mas. Podía incluso llegar a ocurrir que uno de los hijos no fuese apto y se tuviese que volver el padre o la madre con él de nuevo a su país.

Lo interesante de Ellis Island, a parte de la historia de tantas personas que dejaron su impronta allí, es lo bien montado que lo tenían. Existían desde pabellones con dormitorios para que durmiesen mientras que se producía la fase papeles hasta comedores, e incluso agencia de viajes que era la que vendía los billetes de tren para desplazarse al lugar asignado de los EEUU. Este lugar se concedía en función de si uno era capaz de dar referencias, es decir algún familiar o amigo que se hiciese responsable de la persona que llegaba.

Visitar este lugar es de una importancia capital si uno va a New York, porque de esta manera se entenderá el por qué de la ciudad y de muchas cosas con las que nos vamos encontrando a lo largo de nuestra estancia. El llamado » Melting Pot» de nacionalidades que han creado una de las economías mas poderosas del mundo, está formado por una diversidad de culturas que han enriquecido el país y han sabido convivir juntas. Cuando uno va hoy en día a Harlem o Queens, no solo ve población afro-americana, sino latinos, judíos y otras muchas culturas más. Los barrios allí ya no son ghettos como uno tiene tendencia a pensar, sino una torre de babel que deja en cada esquina parte de su cultura y que se reinventa cada muy poco tiempo. De ahí que el nombre de New o nuevo tenga tanto sentido en esta ciudad.

Nosotras hemos tenido la suerte en nuestro último viaje de descubrirlo con los ojos de las mujeres inmigrantes, cuyas familias llegaron hace tantos años a esta tierra prometida. Y nos hemos impregnado de su cariño por esta ciudad, que resulta muy acogedora y en la que uno se siente como en casa, hablando hasta en español. Bienvenid@s a New York!!!

Alice Fauveau

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