Zanzíbar es una maravillosa isla en la costa de Tanzania de aguas transparentes y gentes encantadoras. La gente que la conoce es porque ha realizado una extensión a alguno de los safaris por Kenia o Tanzania que resultan fascinantes pero a la vez agotadores. Por eso, recalar en esa isla unos días resulta una grata experiencia.

Su nombre proviene del persa zayn bal barr, que significa «bella es la isla» y del árabe zinj el barr, «la tierra del hombre negro».Por ello, ha sido famosa durante varios siglos por ser el enclave desde el cual se trasladaban a los esclavos que se cazaban como si fuesen animales en África para llevarlos luego a las Haciendas o plantaciones en America Latina ya que eran una mano de obra ruda que llegaba a aguantar las inclemencias del viaje en barco.

Se trata de una tierra de piratas y en su capital Stone Town (Patrimonio de la Humanidad), se subastaban hombres, mujeres y niños para cruzar el duro Atlántico. Grandes exploradores como Speke, Burton o Livingstone pasaron por allí en uno de sus viajes pudiendo vivir la experiencia de pasearse por su mercado central mientras que se vendían productos hortofrutícolas, pescado y humanos.

Sin embargo, dejando esa etapa negra de la historia humana, hay que decir que Zanzíbar es una isla fascinante porque en ella se puede descubrir la mezcla entre la cultura africana, la árabe y la asiática. Nada mejor para hacerlo que disfrutar de su deliciosa comida llena de especias y de su pescado con salsa de coco.

En esta isla una de las cosas interesantes que se pueden hacer es un recorrido para conocer las especias. Mejor sitio que este no hay para dicha actividad ya que en dos horas como mínimo podrás descubrir desde la planta del cacao, pasando por la pimienta, el curry y otras muchas variedades más. Allí lo aprovechan todo de la planta, sus hojas y sus frutos y con eso hacen los deliciosos mezzé y cocina oriental.

Stone Town, es un lugar en el que se puede ver perfectamente la simbiosis entre las dos culturas, en sus maravillosas puertas labradas de colores se puede observar el fino trabajo de los artesanos árabes mezclado con la naturaleza del lugar.

Puedes encontrarte un hammam con su nombre escrito en árabe, mientrasque en la esquina venden las típicas telas africanas o te cruzas poruna iglesia anglicana.En esta ciudad merece la pena, cuando el sol se pone, sentarse en unode los múltiples chiringuitos que se montan para hacer brochetas ybarbacoas.

Hay dos sitios más en el mundo en los que merece la pena probar esta experiencia: en Papeete (la capital de Tahiti) y en Jma al Fnaa en Marrakech.

Zanzibar, tiene unas maravillosas playas de arena blanca, sobre todo en la zona norte de Nungwi, en dónde se puede hacer submarinismo (no es muy recomendable la empresa de buceo española, son poco serios), y descansar mientras que ves como las mujeres de los pescadores recogen las redes a ultima hora de la tarde.

Es también el lugar para tomar unas copas cuando la noche llega en uno de sus chiringuitos en la playa mientras que bailas un poco de reggae.Si tienes más días y quieres más playa, la isla de Pemba es una buena opción para salir de la zona turística y estar más íntimos.

Si lo que buscas es mezclarte con la gente de allí, sencilla, hospitalaria y abierta a tantas culturas, disfrutarás de unas vacaciones inigualables en un enclave mágico dónde las puestas de sol te dejan hipnotizado, porque así suele ser África, una tierra llena de sorpresas.

Alice Fauveau